El auge de las terapias complementarias en nuestros días y especialmente de la terapia floral de Bach ha tomado muchos caminos y es común ver que en muchas farmacias expenden preparados a petición del solicitante, otros se ofrecen a preparar fórmulas a partir de un cuestionario preestablecido. En mi opinión no digo que sea una mala idea para averiguar que esencias necesita el solicitante; pero es importante hacer hincapié en la necesidad del contacto con un terapeuta que siga y acompañe de cerca de la persona.
Si bien es cierto que la terapia floral de Bach es inocua y sin efectos adversos, una correcta entrevista entre el que consulta y el que es consultado es precisamente lo que permite que se reconozcan determinadas emociones en estado negativo y que concientemente entre ambos establezcan la combinación de flores a tomar. Como terapia energética que es, la persona que comienza un tratamiento debe ser orientada por un terapeuta al que le irá indicando las diferentes sensaciones, emociones, los cambios y reacciones que observa durante el tratamiento y en la siguiente entrevista poder integrar y contrastar lo que le está ocurriendo. Es aquí donde la figura del terapeuta es importante para el éxito de la terapia.
NAMASTE
