EL LADO INVISIBLE DE LA GESTACIÓN Hay un principio en la
naturaleza que pone en manos de la mujer la formación, no sólo del cuerpo
físico del hijo o hija que va a nacer, sino también de su temperamento. Cuando
la ciencia médica sólo se ocupa de la parte física, está dejando fuera
elementos que determinarán, en gran parte, la vida futura del bebé.
Durante la fecundación, el padre le da a la
madre un germen de vida con las cualidades que el padre aporta. Estas pueden
ser las de un hombre vulgar o la de un ser muy evolucionado. La madre, con su
actividad psíquica durante el embarazo, puede favorecer estas cualidades o, por
el contrario, obstaculizarlas. Tal es el poder de la mujer.
Supongamos que el padre posee grandes
cualidades pero si la madre durante la gestación, se deja llevar por una vida
desordenada, puede obstaculizar las manifestaciones de todas esas buenas
cualidades. Por el contrario, una mujer puede recibir del hombre un germen
defectuoso, pero si trabaja con sus pensamientos y sus sentimientos durante la
gestación, todas las partículas puras y luminosas que ella emana van a oponerse
a la expresión de las tendencias negativas.
Durante el embarazo, la madre le aporta al
niño sustancia emocional y mental de acuerdo a sus propios estados internos.
Así como se va gestando la parte física del cuerpo del bebé, así también se
está gestando su cuerpo emocional y mental. Este hecho es bien importante
porque, cuando el niño nace, ya tiene definido su temperamento que lo
condicionará por el resto de su vida.
Un educador puede ayudar mucho a un niño,
pero no puede cambiar su naturaleza, si bien puede mejorarla. La naturaleza de
su cuerpo, emociones y mente depende de la madre y de cómo ella vive los nueve
meses que dura el embarazo.
La mayoría de las madres desconocen la
influencia de sus estados internos sobre el hijo o la hija que llevan, pensando
que cuando nazca se ocuparán de su educación, pero cuando el niño nace ya es
tarde para poder hacer el verdadero trabajo formador porque, con cada
pensamiento y sentimiento, se han marcado tendencias que influirán en él para
toda su vida.
Es tan importante para la mujer tener
pensamientos luminosos porque gracias a ellos, el germen de vida que crece en
ella absorberá cada día esas materias puras y preciosas y es así como dará a
luz a un artista, a un sabio, a un santo... La madre puede realizar grandes milagros porque posee las fuerzas
de la vida.
LA GRAN SACERDOTISA
La cualidad femenina por excelencia es su poder de recibir, y
esto hace que la mujer pueda ser receptora de energías que llegan de esferas
superiores para inspirar a la humanidad. Esto no quiere decir que los hombres
no puedan ejercer esta función, sino que para ello, tienen que funcionar desde
su lado receptivo, femenino.
Cuando la madre reconoce esta divina
posibilidad que ofrece la condición femenina, puede invocar energías que son
como VITAMINAS DE LUZ para su bebé. Ella, como sacerdotisa, puede recibir en su
seno energías luminosas que puede poner a la disposición de su bebé para la
formación de su cuerpo físico, emocional y mental. Puede rezar y pedirle
a Dios que le de los mejores materiales; puede dirigirse al Sol y pedirle que,
a través de sus rayos, le aporte las vitaminas de luz necesarias para su bebé.
Pero hay que tener en cuenta también
que esta misma condición receptiva hace a la mujer más vulnerable al medio en
el que se encuentra. Por este motivo, debe tener sumo cuidado en escoger los
ambientes en los que estará durante su período de gestación porque
influirán en su estado y en el de su bebé.
Es recomendable que durante toda la
gestación la madre preserve al niño y, conscientemente, con el pensamiento
forme a su alrededor una atmósfera de pureza y de luz para ponerle a cubierto
de las influencias negativas.
Si por algún motivo la madre se encuentra
en un ambiente no apropiado debe protegerse visualizando que una esfera de luz
radiante la envuelve y cierra la entrada a toda influencia negativa. Aquí, la
invocación a los ángeles protectores resulta excelente, porque cuando la mujer
está embarazada, su condici6n femenina está exhaltada y la naturaleza responde
con mucha más fuerza porque reconoce el poder femenino que la invoca. Todo lo
que la mujer haga para proteger a su bebé se convierte inmediatamente en un
mandato en el mundo invisible, y la respuesta es inmediata.
Reconociendo este poder, la madre puede
hacer maravillas durante los nueve meses de gestación. Si tenemos en cuenta los
años a vivir, nueve meses es tan poquito tiempo... La dedicación que durante
estos meses se le dé al hijo que se está gestando se traducirá en un bienestar
tan grande que bien vale la pena trabajar con dedicación, como quien construye
una pieza maestra. Durante estos nueve meses ella está borrando la posibilidad
de situaciones penosas y construyendo un futuro maravilloso para su hijo.
"Una mujer que espera un hijo debe decirse:
Durante nueve meses tengo todas las posibilidades de hacer de mi hijo un ser
sano, hermoso, inteligente, noble, lleno de amor... que será una bendición para
el mundo entero. Debo estar atenta para poder aportarle mediante mis
pensamientos, sentimientos, deseos y actos, los elementos más puros que
contribuyen a su formación. Y con este estado de conciencia debe ponerse a
trabajar. Pues una vez que ha nacido, el niño se le escapa, nada se puede
hacer. La naturaleza del niño ya está determinada en el nacimiento, y si esta
naturaleza es defectuosa, nada o casi nada podrán hacer los educadores, los
profesores, los médicos, o los psiquiatras.
La verdadera educación empieza antes del
nacimiento, y comienza por la educación de los padres que deben prepararse
interiormente con mucha antelación para una mejor comprensión del amor, y así
poder atraer un espíritu excepcional a su familia. De esta manera se habrán
esforzado por concebir a este niño en la mayor luminosidad y pureza, y una vez
concebido, la madre, consciente de los poderes que la ha dado la naturaleza,
trabajará para dar a este espíritu un cuerpo físico y unos cuerpos psíquicos
construidos con los mejores materiales. Si millares y millares de padres en el
mundo decidieran hacer este trabajo, la humanidad realmente se transformaría en
tres o cuatro generaciones:" (Palabras del Maestro
Omraam, Mikhael Aivanhov)
Si un niño nace con un cuerpo emocional
estable y una mente capaz de funcionar inteligentemente, nace con ventajas. Su
vida puede desenvolverse mejor porque sabrá reconocer las oportunidades que le
ofrece la vida y las sabrá aprovechar. Estará despierto y atento, y su vida se
desenvolverá sin los problemas que vemos por doquier. Dedicarse con amor y
devoción a la sublime función de gestar, es ofrecerle al hijo un futuro mejor.
¿CÓMO HACERLO? El embarazo requiere que
trabajes conscientemetne, día a día, en la formación de tu bebé. Por este
motivo, y debido a que la vida moderna está tan llena de actividades, es muy
recomendable que te hagas un programa diario, de manera que puedas entrar en un
ritmo que te permita hacer este sublime trabajo. Por este motivo sugerimos un
programa, como un ejemplo de lo que puedes hacer. Lo cierto es que tienes que
adaptarlo a tus necesidades y tiempo disponible.
EN LA MAÑANA Al despertar, debes elevar tu pensamiento a lo
alto, dar gracias por el día que se inicia y pedirle al cielo que te envuelva
en luz para que puedas cumplir tu misión durante el período de gestación.
Oración
Sugerida:
"Gracias
Padre Santo y Eterno, por este día que me das.
Concédeme
tu luz, tu amor, tu paz, para que mis pensamientos y sentimientos
queden
impregnados por Ti
y
mi bebé pueda tener los mejores materiales para su formación."
AL BAÑARSE Estar consciente del
servicio que el agua te da. Consagrarla para que quede impregnada de
bendiciones.
Oración
sugerida:
Bendita
agua, tú que representas a la Madre Divina,
que
así como limpias mi cuerpo físico,
que
mis emociones se vuelvan puras y cristalinas
para
que mi bebé quede impregnado de los más elevados sentimientos de amor.
AL COMER Dar gracias por el
alimento que la Madre Naturaleza te ofrece. Pensar en todas las criaturas del
mundo invisible que trabajan para la elaboración de estos frutos. Cuando
estamos conscientes de la vida que nos rodea, ella nos penetra y nos da más
vida.
Oración
sugerida
Doy
gracias por estos alimentos.
Que
así como nutren mi cuerpo físico, que nutran también a mi bebé,
para
que pueda crecer y desarrollarse en perfecto orden divino.
AL ACOSTARSE Al acostarte es muy
importante que te unas al mundo divino, pues el día siguiente depende, en gran
parte, de cómo pasas las horas de sueño. Por este motivo hay que dejar de lado
todas las preocupaciones, las inquietudes e introducir en la mente un buen
pensamiento.
Si al acostarte, por algún motivo, te
sientes invadida por la angustia, debes levantarte, hacer ejercicios de
respiración, decir una oración, leer algo de contenido elevado y luego,
volverte a acostar.
También es importante no acostarte si no
estás limpia, Un baño antes del sueño auspicia una buena noche. Y hacer una oración.
Oración
sugerida:
Madre
Divina, Señora Celestial,
te
pido que envíes a tus ángeles para que cuiden a mi bebé en las horas de sueño.
Envíanos
tus rayos de luz y de amor para que nos protejan a cada instante.
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